El Futuro Urbano de Madrid: Alumnos de Prieste Modelan las Islas de Calor con un Nuevo Enfoque Interdisciplinario

En el Colegio Prieste de Artes y Letras, creemos que los problemas más complejos de la ciudad no se resuelven con una sola disciplina. Requieren una conversación radical entre ingenieros, científicos de datos, artistas y humanistas. Nuestro Hub de Futuros Urbanos y Sostenibilidad (UFH) acaba de completar un proyecto de análisis urbano que redefine cómo Madrid puede combatir el creciente desafío de las “islas de calor” (ICU).

Lo que comenzó como un seminario de investigación de Grado se ha convertido en el modelo de microclima urbano más detallado de los distritos del noreste de Madrid hasta la fecha. Más importante aún, es un modelo que no solo mide la temperatura, sino también la percepción humana del calor y el valor cultural de los espacios verdes.

Este proyecto fue una colaboración sin precedentes entre tres de nuestros Grados y, de manera crucial, nuestro programa de Bachillerato, demostrando el poder de nuestro modelo académico integrado.

El Desafío: Más Allá del Termómetro

Los modelos tradicionales de islas de calor son eficaces para mapear las diferencias de temperatura del asfalto frente a las de los parques. Sin embargo, fallan en capturar la complejidad de la experiencia humana y en proponer soluciones que sean cultural y socialmente sostenibles.

Bajo la dirección de la Dra. Sofía Almeida (Catedrática de Sistemas Urbanos) y el Dr. Kenji Watanabe (Profesor de Ciencia de Materiales), nuestros estudiantes se propusieron crear un “gemelo digital” del entorno de Ciudad Lineal y Hortaleza que fusionara datos cuantitativos y cualitativos.

La Fusión: Datos, Diseño y Humanidades

El proyecto se dividió en cuatro capas, cada una liderada por un grupo de estudiantes diferente:

  1. Ingeniería y Materiales (BEng): Los estudiantes de tercer año de Ingeniería de Sostenibilidad no solo mapearon la vegetación existente. Utilizando la investigación del Dr. Watanabe sobre materiales bio-compuestos, modelaron el impacto de intervenciones hipotéticas, como la sustitución de fachadas tradicionales por paneles reflectantes o “muros vivos” adaptados al clima seco de Madrid.
  2. Ciencia de Datos y IA (BSc): El equipo de Ciencias de la Computación, vinculado al AELab, desarrolló el núcleo del modelo. Utilizaron machine learning para correlacionar los datos de los sensores con imágenes satelitales, pero añadieron una variable novedosa: el análisis de sentimiento. Entrenaron un modelo de Procesamiento del Lenguaje Natural (NLP) para analizar miles de comentarios públicos en redes sociales y foros vecinales, cuantificando dónde y por qué los ciudadanos sentían incomodidad térmica.
  3. Humanidades Digitales (BA): Aquí es donde el proyecto dio un giro. Los estudiantes de Humanidades Digitales argumentaron que no todos los “espacios verdes” son iguales. Un parque histórico puede tener un valor cultural que supere su beneficio de enfriamiento medido, mientras que una mediana de césped puede no ofrecer ningún alivio social percibido. Su análisis cualitativo proporcionó un “peso cultural” a las zonas, asegurando que las soluciones no propusieran, por ejemplo, eliminar un espacio comunitario querido a cambio de un material de pavimentación marginalmente más eficiente.
  4. Diseño e Interacción (BFA): Finalmente, el equipo de Diseño Digital y Artes Interactivas, bajo la guía del Prof. Matteo Costa, tradujo este océano de datos en una herramienta utilizable. Crearon una visualización interactiva en 3D y VR (Realidad Virtual) que permite a los urbanistas “caminar” por el modelo y ver los cambios de temperatura no como un mapa de calor abstracto, sino como una experiencia visual y de datos superpuestos.

El Rol Crítico del Bachillerato

La parte más innovadora, quizás, fue la contribución de nuestros estudiantes de Segundo de Bachillerato. Como parte de su Proyecto de Investigación, formaron el equipo de “verdad terrestre” (ground truth). Diseñaron, ensamblaron y desplegaron más de 50 sensores climáticos de bajo coste por todo el distrito de Arturo Soria. Estos datos hiperlocales, recopilados en sus rutas diarias, proporcionaron la granularidad que los datos satelitales no podían ofrecer, y resultaron esenciales para calibrar la precisión del modelo de IA. Fue una demostración tangible de cómo la investigación seria puede comenzar antes de la universidad.

Los Próximos Pasos

El modelo completo fue presentado la semana pasada al Área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid. Aunque el proyecto es académico, el Ayuntamiento ha elogiado la metodología como un “sandbox” (entorno de pruebas) de valor incalculable para probar futuras intervenciones de infraestructura verde.

Como señaló la Dra. Almeida al equipo: “Este modelo no es perfecto. Tiene fallos y áreas que necesitan más datos. Pero no estábamos tratando de construir una simulación perfecta. Estábamos tratando de construir una nueva forma de conversar con la ciudad. Hemos demostrado que la forma de diseñar un parque más fresco depende tanto de la ciencia de los materiales como del análisis de la poesía que se escribe sobre él. Ese es el verdadero avance”.


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